Hace un año saltó la noticia al otro lado del charco advirtiendo que el consorcio internacional encargado de las obras de ampliación del Canal de Panamá, liderado por la española Sacyr, había solicitado parar las obras reclamando sobrecostes.
La noticia se dirimió rápidamente en dos bandos, los que no hacen patria y buscan siempre alguna excusa para criticar empresas españolas, sobretodo las que están fuera de nuestro país, y las que defienden de forma acérrima cualquier actuación, aun cuando, en ocasiones no tengan razón.
Estamos demasiado acostumbrados a la mala calidad de los proyectos de obras en nuestro país, donde apenas se dejan unos meses y la responsabilidad de los mismos es casi nula. Eso, para bien o para mal, ha concluido en que las empresas españolas se han curtido en otras lides, como es la buscar cualquier fallo no incluido en el pliego de condiciones para “rascar” parte del beneficio.
Ello, aunque muchos piensen lo contrario, es positivo, ya que la mayoría de constructoras lo que buscan es que la obra tenga éxito, calidad y no tener que ir posteriormente a realizar reparaciones. No es menos cierto que a otras les da exactamente igual lo que pase un día después de la inauguración, haciendo incluso caso omiso al director de la obra y sus órdenes, sabiendo que el calendario marca en muchas ocasiones los trabajos.
En este caso, el árbitro elegido por las autoridades del Canal de Panamá, ya que así venía en contrato, para dirimir estas disputas, ha fallado clamorosamente a favor de Sacyr, ya que no solo le da la razón en cuanto a que debe cobrar (aunque menos de lo que pidió) sino que llama “negligentes” a los adjudicadores del proyecto, ya que sabían que las condiciones iniciales del mismo no eran las correctas.
La disputa no ha acabado aquí, ya que esta reclamación de 463 millones de euros, de los cuales les deberán pagar 233 (la valoración del árbitro de los daños causados son menores que los reclamados por el consorcio), son solo una parte de los 2.300 millones que reclaman y que con el tiempo se irá viendo si deben pagarles o no.
Desde Consultoría ipYdo y con nuestra filosofía en la redacción de proyectos, buscamos que estas cosas no pasen, ya que desde una simple licencia de apertura hasta complejos proyectos, nuestras hipótesis de cálculo, diseños, etc. Están pensados para que sean realizables, con un pequeño margen de maniobra.
Esto no quiere decir que posteriormente, como Dirección de Obra, no haya que hacer ajustes y algunos cambios, inherentes a una obra, pero con un proyecto de calidad se minimizan los riesgos de que estas cosas pasen.
Fuente: Expansión.
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